ELEUSIS
Eleusis es una ciudad de Grecia, en Ática, a unos 18 kilómetros del Centro de Atenas; famosa por ser la sede del santuario de Eleusis y los “Misterios Eleusinos”, en honor a la Diosa Madre Démeter y su hija Perséfone, también conocida como Kore.
Se sabe hoy en día que los Misterios Eleusinos tuvieron una función religiosa y espiritual fundamental en Grecia, siendo celebrados por más de 2000 años, entre 1500 a.C. al Siglo IV d.C.
Los ritos tienen su trasfondo en el mito de “El Rapto de Perséfone”, que busca explicar el origen de la Agricultura, el conocimiento de las Estaciones, la transición a la vida adulta, el misterio de la impermanencia, el conocimiento de sí mismo, la conexión con una dimensión simbólica ancestral (que Jung llamó “Espíritu de la Profundidad” y los misterios de la vida y la muerte. Según el mito, fue la misma diosa Démeter, que reveló los misterios a Keleos y Triptolemus las instrucciones para celebrar los misterios en su nombre, a través de los ritos secretos.
La revelación del contenido de los misterios estaba prohibida con la muerte, por ello desconocemos los detalles de estos ritos.
Escribe Homero sobre los misterios: “Cualquiera de los que pueblan la tierra que haya contemplado estos misterios, será bendecido, pero cualquiera que no haya sido iniciado y no haya recibido su parte del rito, no habrá recibido lo mismo que los demás, una vez muerto, viviendo en el moho donde el sol se pone”.
Píndaro por su parte expone: “Bendito es aquel que, habiendo visto estos ritos, toma el camino bajo la tierra. Conoce el final de la vida, así como su divino comienzo”.
También Cicerón reveló el profundo impacto que generaron los ritos en su alma: “No sólo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente, sino también que podemos morir con mayor esperanza”.
Los misterios de Eleusis revelan un contacto con una dimensión inefable que conlleva a una potente transformación interior que integra la oscuridad y la luz, el terror y la fascinación, lo divino y lo humano. En palabras de Aelius Arístides: “La más acongojante e iluminadora de todas las divinas cosas que existen entre los hombres”.
Proclo, filósofo neoplatónico, indicó: “La simpatía de las almas con el ritual de una manera que nos resulta ininteligible y divina, de modo que algunos de los iniciados son afectados por el pánico y quedan llenos de temor divino. Otros se asimilan a los símbolos sagrados, dejan su propia identidad, se relacionan con los dioses y experimentan la posesión divina”.
Esta experiencia es muy similar al contacto con lo que Carl Gustav Jung denominó “El Inconsciente Colectivo” o Stanislav Grof llamó “Dimensión Transpersonal de la Psique”; así como a los “Estados Modificados de Consciencia” (EMC) experimentados en culturas ancestrales, a través de ciertos ritos o consumo de sustancias sagradas.
Hoy en día es conocido que los Misterios se consumía una bebida llamada Kykeon, que se sospecha tenía algún compuesto psicoactivo, capaz de inducir Estados Modificados de Consciencia. Autores como Karl Kerenyi, Robert Gordon Wasson, Carl Ruck o Albert Hoffman han estudiado a fondo las relaciones entre los Misterios de Eleusis y el uso ritual de estas sustancias, en comparación con otras culturas de la India y América. Se pueden encontrar el resultado de estas investigaciones en el libro “El camino a Eleusis” (Wasson, Hoffman & Ruck).
Según estos autores el trigo y la cebada podrían haber sido parasitados con el hongo Claviceps purpurea, relacionado con un precursor de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD).
Si dichas teorías son verdaderas, Eleusis sería además una referencia occidental al uso ritual de sustancias psicoactivas, tal como podemos encontrar con el uso ritual de sustancias como el Ayahuasca, Peyote, San Pedro u Hongos de las culturas americanas.
Eleusis es para nosotros un símbolo hacia la conexión con la sabiduría profunda del Inconsciente Colectivo (la Gran Madre Démeter), la confrontación con los misterios de la vida y la muerte (Hades) y la importancia del auto-conocimiento profundo que nos conlleva a recuperar nuestra propia alma (Perséfone) y lograr una transformación interior profunda.
